Datos técnicos
El Veneno cuenta con un motor de 12 cilindros en V de 6,5 litros de cilindrada, el cual envía la potencia de forma permanente a las cuatro ruedas (es un tracción integral como norma en la casa) a través de la transmisión ISR de siete velocidades. Este modelo se basa en el Aventador, con la única diferencia de que en la carrocería existe una aerodinámica específica que lo hace más efectivo. De hecho, el alerón posterior tiene una regulación de tres posiciones que lo hacen ideal para pilotarlo en un circuito, aunque también esté homologado para circular por vías urbanas.5
La suspensión, herencia de su hermano, es de tipo "PushRod"6 (el amortiguador y el muelle helicoidal están colocados en la parte superior del tren de forma horizontal), con dos triángulos superpuestos en la parte inferior y fabricados íntegramente en aluminio. Este conjunto va anclado a un subchasis, donde va colocado el conjunto de la caja de cambios y el motor.
El chasis es de una pieza, del mismo material que utilizan sus rivales, una mezcla de resinas y aramidas. Tiene un sistema neumático para alzar la carrocería unos 4 mm y facilitar ciertas maniobras. La carrocería es de fibra de carbono y el interior cuenta con materiales patentados por Lamborghini como el "CORPS"7 (también en el chasis) y "CarbonSkin".
Cada detalle del diseño del Veneno es funcional para obtener la carga aerodinámica óptima con el menor arrastre, consiguiendo además una apropiada refrigeración del motor. El modelo, como todo Lamborghini, mantiene un diseño coherente al de los demás modelos del catálogo, incluyendo formas geométricas extremas, así como el extremo delantero en forma de flecha, líneas afiladas, superficies angulosas y faros LED en forma de "Y".
Pensando en la aerodinámica, la parte delantera cumple la función de ala aerodinámica. Los grandes canales guía el aire a las salidas del capó delantero y frente el parabrisas, y la división de los guardabarros de la carrocería del superlativo optimizan el flujo de aire a través del coche. Por su parte, la línea lateral del Veneno asegura el flujo de aire ideal para las tomas de refrigeración del motor.
Al igual que la parte frontal, en la trasera del Veneno se ha optimizado la aerodinámica por debajo de la carrocería, mejorando la estabilidad a altas velocidades, especialmente en las curvas. Las transiciones inferiores de la carrocería terminan en un gran difusor con cuatro tubos de escape integrados para aumentar el nivel de carga aerodinámica. Las grandes aberturas sirven para ventilar el compartimento del motor y controlar las corrientes de aire hacia el alerón trasero
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